3 de enero del 2021
Terminamos la Navidad esta semana. Es posible que algunos ya hayan empacado todo; otros pueden estar todavía sentados bajo el resplandor de las luces y el oropel. Pero el objetivo no es deshacernos de todo, sino abrazar la plenitud de la comunidad en la que nos hemos convertido, incorporando lo nuevo pero convirtiéndonos en uno en Cristo.
Sin embargo, no se trata de auto-felicitaciones lo que reunimos. Sí, de hecho somos bendecidos. Pero somos bendecidos para bendecir la fuente de bendición. Pablo nos dice que el regalo que hemos recibido, el regalo de una nueva vida, es para que podamos vivir para la alabanza de la gloria de Dios. De eso se trata esta experiencia de adoración: de alabar a Dios. Sí, por supuesto, cada servicio de adoración incluye alabanza. Pero esta semana, la alabanza es el principio y el final. Y en el corazón está el llamado a la alabanza, a una vida de alabanza.
Observe la repetición de las frases "en Cristo", "en él", "por Jesucristo [Cristo]" y "en Cristo". ¿Qué aprendemos acerca de Cristo en este pasaje?
Note que hemos sido “bendecidos” (v. 3). ¿Qué aprendemos sobre la humanidad en este pasaje?
¿Cuál de estos te habla más profundamente mientras buscas vivir la celebración de la visita que ha venido?
¿Cómo podría vivir en la celebración de la esperanza que tenemos en Cristo este año que viene?
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