25 de octubre del 2020
Como padres muchas veces caemos en la zona de la cantaleta. Les hemos repetido lo mismo a nuestros hijos tantas veces que ya ni nos escuchan. Entonces viene alguien y les dice lo mismo que nosotros le hemos dicho por años y reaccionan como si nunca lo hubieran escuchado. “El pastor de jóvenes dijo que el mentir afecta nuestra relaciones con otros.” (¡De Verdad!) “El coach del equipo me dijo que tenía que trabajar fuerte para tener éxito en la vida.” (¡No me digas!). El rol del Espíritu Santo es similar en cierta forma: él revela a lo profundo de nuestras vidas lo que Jesús nos enseñó. No es lo mismo hablar de perdonar en general a perdonar específicamente a quien nos ha herido. Todos podemos seguir a Jesús en forma general, pero el Espíritu camina con nosotros en lo específico.
¿Cuándo fue la última vez que trataste de enseñarle algo a alguien que no estaba listo para aprender?
¿Qué hubieras pensado si fueras unos de los discípulos escuchando el verso 7 de la boca de Jesús? ¿Cómo piensas que los discípulos reaccionaron al oír esto?
¿Cómo ves al Espíritu Santo trabajando en tu vida? ¿A qué áreas en específico en tu vida el Espíritu está aplicando lo que Jesús nos enseñó en lo general?
¿Cómo el Espíritu Santo te ha redargüido de pecados en tu vida personal? ¿Cómo lo está haciendo en este momento?
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