13 de mayo del 2018
Romanos 3:22-24
La mayoría
de las madres sienten que están fallando como madres. Sienten que no están a la
altura de las expectativas de la sociedad. Desean tener más paciencia, estar
mejor organizados y tener más confianza como madres. Se cuestionaron a sí
mismos y dedicaron tiempo a revisar sus reacciones a las situaciones que la
vida les lanza. Y, sin embargo, la perfección que tan desesperadamente buscamos
a veces es solo un mito no más real que los Avengers, un Jack-o-lope o el
chupacabras. No importa cuán real parezca, la perfección es un mito fuera de
Cristo.
¿Cuándo fue
la última vez que sintió que no estaba cumpliendo las expectativas? Explique.
¿Por qué
aún caemos en la trampa de la perfección si sabemos que nadie es perfecto?
¿Por qué
luchamos tanto para aceptar la gracia en nuestras vidas?
¿Qué
cambiaría inmediatamente en tu vida si realmente aceptas que solo somos
redimidos por la gracia que recibimos por medio de Cristo?
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